14/7/08

Del otro lado del sonido gotea el silencio

Sucedió en aquel verano. La pandilla de siempre, los privilegiados desocupados, “voceaban” por las calles:

¡!!…”El sábado se hará cine en La Estación”!!!...
¡¡... No te pierdas la película... !!
¡¡...Dos chicas locas, locas...!! ¡¡ de las gemelas Pili y Mili !!
¡¡ a 80 céntimos la entrada …
... y 50 para menores. !!

Mucho me costó que alguien me explicara que era el cine. En mi pueblo nunca se había visto. Pero más me costó reunir el dinero de la entrada. Creo que gracias a una prima, de las carnales, conseguí completarlo, y fue ella quien me llevó y me lo refresca con alguna frecuencia…

¡Mira que eras pesao!

En el “El Espíritu de la Colmena” tienes el cine de toda la zona: Un pajar habilitado como sala.
Al atardecer una fila anárquica de críos, y no tan críos, recorrían los cuatro kilómetros polvorientos del “Camino Vecinal” que separaban mi pueblo del bautismo del cine.




De la película podría contarte distintas escenas pero.., El problema fue al terminar. Mi prima se empeñaba en volver a casa y yo en esperar a Pili, Mili y Miguel Ríos porque estaba dentro del pajar y por algún sitio tenían que salir. ¡Estaban allí…!

Tal impresión me causó que convencí a la pandilla para “escaparnos de casa”, como las gemelas, y poder hacer cine. Y así lo hicimos al siguiente domingo. No sé cuánto habíamos recorrido ni en qué momento dimos la vuelta… supongo que cuando el estómago crujía. Si tienes que andar rápido, para escapar, no se puede cazar lagartos, y menos asarlos, para comer… la época de los “pámpanos” y los huevos de nidos, más fáciles de conseguir, había pasado…

Ya en noche cerrada entrábamos en el pueblo… solamente recuerdo la tunda recibida. Poco después le contaba a mi gata que me importaba bien poco, había decidido ser “peliculero"

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