10/7/08

La señal de Dios….

Pues sí… después de esos “interesantes” añitos pasados en cualquier Sociedad Anónima de Frailes Artificiales (SAFA) cualquiera de mi generación ha salido “tocado” o eso dicen o nos dicen. Yo siempre les he estado muy agradecido porque de ellos recibí un espíritu crítico nada despreciable y ciertas “maneras” de enfrentarme a la vida que de otra forma no hubiera sido posible. Si he salido tocado o no… ni me lo planteo. Se adquiría el “lote completo” y en aquella España, los de mi pueblo, teníamos tres salidas: Guardia Civil, camarero en la costa o seminario de cualquier marca.
Guardo muy buenos recuerdos de unos frailes “Robin Hood” que saqueaban, en los colegios privados de Madrid y Barcelona, a los ricos, para mantenernos en colegios “alquilados a los Jesuitas” a los que nacíamos en la España sin derechos.

Pero llegó la hora de tomar una decisión: O novicio o salía del convento. Me aconsejaron, ante mis dudas, que estudiara por mi cuenta, y después de un año tomara la decisión.

El problema surgió al intentar matricularme: Ese año se cerró la Escuela de Cine. Y la Facultad de CCII no se sabía cuándo comenzaría… La solución fue alimenticia… comencé magisterio y me serviría para “mantenerme” mientras estudiara Imagen… De paso algunos idiomas no venían mal y también me matriculé en la Escuela de Idiomas.

El azar quiso que allí conociera a una cría de 18 añitos que estaba por mí… y comenzaron las primeras miradas… los primeros sonrojos… y las primeras sentadas en el banco que estaba a la salida de la escuela en Islas Filipinas. En esas estábamos cuando ella intentó darme un beso. Yo, sorprendido, pretendí esquivarlo. La mala fortuna quiso que detrás del banco alguien había puesto una farola y me di un buen cogotazo. Lo entendí como una “señal de Dios”. La siguiente vez que me regaló otro… se lo recogí… y parece que me agradó…


Finales de un cálido verano en el que debía tomar una decisión....

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